sábado, 27 de marzo de 2010

EL ULTIMO SERVICIO SECRETO DE PERON


Documentos del KEES: el primero es un parte donde se consignan pedidos de captura, "seguimientos", rumores... 8 de setiembre de 1955. Al lado, transcripción de una conversación telefónica: Bell Ville, Córdoba, San Juan entran en el infructuoso diálogo. (Cliqueá para agrandar)

Por Rodolfo Walsh - (Parte 2)


EL ESTALLIDO

La actividad de KEES en la víspera del alzamiento se cerró con información de rutina. La primera señal de alarma aparece en el parte 390, que reproduce una orden cursada a las 2.30 del viernes 16 de setiembre por Central de Policía a Delegación Mercedes (Buenos Aires):

Debe mantenerse atento por si hubiese alguna novedad.

La misma orden es comunicada luego a Azul, Rosario, Santa Fe. Y a Mar del Plata con este añadido:

Comunique al Sr. Delegado que debe mantenerse muy atento respecto a sus vecinos de la base.

Pero el primer hecho de violencia se registra en la Capital: cuatro desconocidos en un auto asesinan a balazos al agente de facción en la calle Amenábar 2015. El alerta general de la policía es captado por KEES a las 3.55. Veinte minutos después el gobierno da su interpretación de los hechos:

R.P.N. — Hora 4.15 — URGENTE — Tengo el agrado (sic) de retransmitir teletipograma 587 del Consejo Nacional de Seguridad, que dice:

Alerta general. Esta noche grupos civiles armados van a alterar el orden y tratar de copar Jefes de Unidades y autoridades legalmente constituidas. Accionar enérgicamente y reprimir cualquier conato de alteración del orden.
Saludo a usted atte. Félix M. Robles — Director Nacional de Seguridad — Fdo. Miguel Gamboa. Jefe de Policía Federal.

Hacia más de una hora que se luchaba en Córdoba. Pero KEES registró en primer término la noticias de Entre Ríos.

¿ARAMBURU CAMBIA DE NOMBRE?

A las 4.55 la delegación Gualeguaychú informó que a las diez de la noche anterior se interceptó a dos automóviles procedentes de Gualeguay en que viajaban los dirigentes radicales Balbi y Marco, el teniente Catani y el asistente del mayor Pedro Molinari. Catani declaró que había llegado en avión de Don Torcuato con el coronel Arias Duval y el teniente coronel Ayala.

“Agregó que se dirigían a Puerto Constanza para esperar a determinadas personas que, procedentes de Buenos Aires, llegarían en la balsa de Puerto Evita."

¿Quiénes eran esas determinadas personas? Policía federal y entrerriana acudieron a Puerto Constanza al filo de la medianoche y se encontraron con "el mayor Pedro Molinari y el coronel Arias Duval, que habían recogido en Puerto Evita al General Fariña y posiblemente al Coronel Señorans". ¡Nada menos que el estado mayor del general Aramburu! ¿Pero dónde estaba Aramburu?

Es un hecho establecido que Aramburu llegó a ese lugar a esa hora en esa balsa acompañado de Señorans. Por otra parte, en los hechos posteriores no aparece ningún general Fariña. La conclusión Inevitable es que Fariña era Aramburu. La policía no se sintió autorizada a interrogar a fondo al grupo de militares, ni siquiera al coronel que "posiblemente" era Señorans.

Prosigue la delegación Gualeguaychú:

Todos estos militares manifestaron que iban a inspeccionar el 3 de Caballería, con asiento en Gualeguaychú, ante lo cual, el Jefe de Policía, el Delegado de la Policía Federal y personal de la Delegación, les acompañaron hasta el cuartel de dicha unidad. No hallándose en el mismo su jefe, Teniente Coronel Day, el Jefe de Policía se dirigió hacia su domicilio particular, donde aquel manifestó ignorar la inspección aludida y hasta la visita efectuada.

Aquí empieza el curioso drama personal de Day, revolucionarlo sin saberlo, quien debió simular que "perseguía" a Aramburu cuando en realidad lo estaba protegiendo: lo alojó en su casa y le dio una escolta para llegar a Gualeguay. Cuando se despejó este juego chestertoniano, tuvo que huir él mismo. Afortunadamente para Aramburu y su grupo, un hecho que al fin iba a resultar subsidiario "parasitó" la represión. Dice KEES.

A esta altura, fue suspendida la conversación, en virtud de que en esos instantes (hora 5.10) se recibió en la Delegación Gualeguaychú un llamado telefónico del Jefe de policía de Gualeguay, quien informaba que en esos momentos llegaban camiones con fuerzas del Ejército provistas de armas largas y rodeaban el edificio de dicha Jefatura, manifestando al mismo tiempo que ignoraba los motivos.

Era el mayor Cáceres Monié, que tras sublevar el harás militar de Arroyo Cié, con una pequeña fuerza tomaba Gualeguay. El único motivo de esta pintoresca y efímera maniobra era permitir que Aramburu siguiera viaje en avión a Curuzú Cuatiá. El teniente coronel Day, seriamente, puso en ejecución el Plan Conintes. La policía entrerriana había tenido en sus manos al futuro presidente de la Nación, y lo había dejado escapar.

"CODO A CODO"

Tras la parquedad de las noticias iniciales, se produjo el aluvión. Hasta ese momento, KEES procesaba unos cuantos partes diarios. El 16 de setiembre el ritmo de trabajo se cuadruplicó o quintuplicó. Ya la madrugada venía cargada de malas señales:

R.P.F. — Hora 6.45 — Radioconversación ya establecida entre el Departamento Central y al parecer la Delegación de Rosario...

CENTRAL: ...el general Moschini está en ésa?
ROSARIO: No señor. Creo que está en gira y posiblemente irá a Buenos Aires.
CENTRAL: Bueno. Repítame la situación. (De Córdoba).
ROSARIO: La Escuela de Artillería estaría sublevada y al mando del General (R) LEONARDI. (En la Calera). La Escuela de Infantería, que está enfrente, se mantiene leal. Tenemos noticias de que se están escuchando disparos de armas de fuego desde las 3.00 de hoy aproximadamente.

Cuarenta y cinco minutos después se registra la primera comunicación directa con el foco de los acontecimientos;

B.P.F. — Hora 7.30.
CÓRDOBA: Aquí las noticias que tenemos es que toda la guarnición aérea de esta ciudad está en manos de los rebeldes; no se conoce la situación del brigadier Lacabanne, pero se supone que estaba en su puesto cuando fue tomado. El Jefe del Servicio de Informaciones de la guarnición aérea, Vicecomodoro Barton, anoche fue invitado a una fiesta en la Escuela de Suboficiales de Aeronáutica, por el comodoro Machado, y aún se desconoce su paradero.
CENTRAL: Bien, ahora hay que proceder a la detención del Coronel Castro, con carácter de muy urgente.
CÓRDOBA: Pero el coronel Castro está en un hotel para militares...
CENTRAL: Vd. deténgalo, ya que es una orden el General Robles.

La misma suerte le tocaba a Silva. A las 8.20 el general Robles desde Buenos Aires hablaba con el general Polero en Bell Ville.

CENTRAL (Robles): El general Silva debe quedar ahí bien custodiado hasta que se ordene su traslado, debiendo Ud. permanecer en ésa.

Córdoba, pues, estaba sublevada. ¿Y el resto del país? A las 7.10 Eva Perón (La Plata) informó que la Base Naval de Río Santiago estaba "tranquila", agregando: "Por aquí no tenemos nada". Esa ilusión no tardaría en disiparse:

R.P.F. — Hora 8.30:
EVA PERÓN: Aquí la base de Río Santiago aislada. Puede considerarse sublevada.

Diez minutos después el cuadro quedaba completo :

8.40 hs. — CENTRAL (General Robles): Es necesario transmita a la policía de Buenos Aires y de la Zona que mantenga contacto permanente sobre la base Puerto Belgrano, ya que la misma está sublevada.
BAHÍA BLANCA: La policía de la Base ha sido sustituida por hombres de la Infantería de Marina. Esto ocurrió hace más o menos una hora.
CENTRAL: Debe tomar enlace con el Jefe del Regimiento 5 de Infantería que va a tomar la Base Espora y cuando llegue a Puerto Belgrano debe luchar codo a codo. Ya tendrán la orden.

Dos líneas bastaron para disipar ese optimismo de Buenos Aires:

9.35 hs. Se tiene conocimiento que fuerzas rebeldes tomaron la comisaría de Punta Alta.

EL TERCER INDIECITO

A pocas horas del alzamiento, el gobierno iba a localizar por fin al tercero de los hombres que buscaba. Eran las 8.50. Central de Policía Informó nerviosamente a Córdoba:

Sabemos que el General Videla Balaguer habló por teléfono desde el N° 77998 con el Arsenal en la madrugada de hoy. Hay que individualizar a quién pertenece el aparato para detener a toda persona que tenga relación con ese número. Hay que tratar de localizar en toda forma al General Videla Balaguer y detenerlo.

9.25, de Río Cuarto a Central: El General Videla Balaguer estaría en la calle Lavalleja 1479.

A esa hora la policía cordobesa estaba atacando la casa donde se refugiaba el general, quien luego sería rescatado por una patrulla de aeronáutica rebelde. Delegación Córdoba relató el episodio en estos términos:

...Se estableció que el teléfono 77998, corresponde al Doctor Tristán A. Castellanos, domiciliado en la calle Lavalleja 1479, Alta Córdoba... De Río IV nos hablaron diciéndonos que en la casa de la calle Lavalleja, todavía estaba el general Videla Balaguer. Fuimos hacia allí y posteriormente llegó una guardia militar que había recibido la misma comunicación. Desde dicha finca fuimos recibidos a tiros, produciéndose entonces un tiroteo, en el que nosotros, por estar en la planta baja, no pudimos hacer nada efectivo, ya que ellos estaban en una posición superior. Posteriormente vinieron tropas que coparon la situación... El tiroteo duró largo rato y durante el mismo fue muerto un suboficial del Servicio de Informaciones del Ejército.

El panorama seguía confuso. "La impresión nuestra es que no se ha definido aún" —admitía delegación Córdoba a las 8.50—. "La guarnición aérea estaría en manos de los rebeldes. Toda información es contradictoria".

CENTRAL: ¿Sabe Ud. que se ha declarado el estado de sitio en todo el país? Además sabemos que la U.C.R. estaría implicada; debe proceder a la detención de todos los dirigentes radicales y conservadores, excluyendo a todos los que tengan fueros parlamentarios. Podrán detener también a los aristócratas clericales.

A las 12.40 informaba San Luis:

Tengo conocimiento que en Córdoba el ambiente sigue malo, se está combatiendo. La Escuela de Artillería ya fue tomada y se rindió. En Bahía Blanca se producen combates navales.

San Luis entendía todo al revés. Lo que había sido tomado, por Lonardi, era la Escuela de Infantería. En cuanto a los combates navales, Buenos Aires se permitió una ironía:

CENTRAL: ¿Cómo sabe eso estando tan lejos?

COMEDIA DE EQUIVOCACIONES

En Entre Ríos había comenzado la cinematográfica persecución del general Aramburu, que duraría hasta la caída de Perón. A las 7.35 del 16 de setiembre se ordenó al jefe de policía de Entre Ríos:

Colabore con Policía Federal en vigilancia entre rutas Gualeguaychú y Concepción del Uruguay; Gualeguaychú a Gualeguay. Vigilen lanchas de Paysandú a Concepción del Uruguay, ya que en las mismas huirían general Aramburu, coronel Señorans, coronel Arias Duval, teniente coronel Ayala. Se ordena captura de todos. Vigilen además otras rutas; los persigue teniente coronel Day. Prestar colaboración este último. Novedades comunique a esta Dirección Nacional de Seguridad. Salúdale muy atte. Félix M; Robles. General de división. Director Nacional de Seguridad. Miguel Gamboa. Insp. Gral. Jefe Policía Federal.

El Teniente Coronel Day, lejos de perseguir a Aramburu y su grupo, les había proporcionado una escolta para conducirlos al Aero Club de Gualeguay, donde debían tomar un avión a Curuzú Cuatiá. Cuando la policía llegó al campo, vio despegar el avión y lo tiroteó, sin más resultado que herir en una pierna al capitán de fragata Aldo L. Molinari.

Los rebeldes habían perdido Gualeguay, pero en Corrientes el mayor Montiel conseguía sublevar los blindados de Curuzú Cuatiá. A las 12.20 la delegación Corrientes informaba que había partido para reprimir el movimiento la "agrupación blindada con 8 camiones, 20 ametralladoras y toda la tropa". A las 17.30 el Consejo Federal de Seguridad indicaba al Jefe de Policía de Corrientes:

Es indispensable eliminar las posibilidades de reabastecimiento de combustible por los vehículos de la agrupación Curuzú Cuatiá a cuyos efectos y en forma coordinada con el general Giovello que manda las tropas de Mercedes, deben destruirse las existencias de nafta.

El dominio de los rebeldes sobre Curuzú Cuatiá era precario, aún después de la llegada de Aramburu. No se comprende bien por qué decidió salir al encuentro de fuerzas que venían sobre él desde Mercedes, mientras a su espalda los suboficiales —leales al gobierno en su inmensa mayoría— preparaban la reconquista.

¿HUYE "LA MARINERÍA"?

En los dos focos donde el ejército enfrentaba a la marina, la situación quedó definida, aunque en sentidos opuestos, desde el primer día. A las 10.15 KEES había registrado este informe de Bahía Blanca:

Que el jefe de la base de Puerto Belgrano al tener conocimiento de que el regimiento 5 va a tomarlo ha dado orden de ametrallarlos al menor movimiento que iniciaran. El jefe del regimiento 5 solicitó a la C.G.T. camiones para trasladar al personal militar... Están sobrevolando 5 ó 6 aviones al parecer navales sobre la base y sobre la C.G.T. han arrojado volantes invitando a la población que permanezca en su domicilio...

¿Qué pasaba con la flota? Leales y rebeldes se lo preguntaban con la misma ansiedad. Lo único que se sabía es que estaba de maniobras en Puerto Madryn. A las 11.15 el Ministerio de Marina radió un cuadro casi idílico de la situación:

Focos rebeldes Paraná y Córdoba sofocados. Fuerzas ejército marchan sobre base Río y base Puerto.

Pero, por las dudas, intimaba:

Urgente de operaciones navales a flota de mar. Permanecer fondeados Madryn. Acusar conformidad.

La advertencia fue inútil. A las 14.14 la base aeronaval Espora recibía de Puerto Madryn un radiograma en que la flota comunicaba la sublevación. A las tres de la tarde delegación Bahía Blanca anunciaba que la marina había tomado Punta Alta, la C.G.T., Municipalidad y Partido Peronista:

Asimismo se rumorea que tomarán nuestra delegación.

CENTRAL: Por supuesto no intente resistirse. Trate que no funcione la radio, descomponiéndola sin romper nada importante, de manera que no vayan a darse cuenta y tomen represalias contra ustedes.

A las 18.45:

BAHÍA BLANCA: En estos momentos de 8 a 10 aviones están sobrevolando el regimiento 5 de infantería. Han arrojado unas 7 u 8 bombas que no sabemos si han sido dirigidas sobre los cuarteles o las inmediaciones.

El regimiento estaba rodeado por Infantería de Marina e inmovilizado por el bombardeo. Al día siguiente se rendiría.

En la base de Río Santiago los acontecimientos tomaban una dirección opuesta. A las 9.55 la delegación Eva Perón informó que el regimiento 7 de infantería y el 2 de comunicaciones avanzaban sobre ella. A las 12.30 "se han escuchado detonaciones de armas de poder, presumiblemente de cañones... Han volado máquinas pesadas hacia Río Santiago". A las 14.50 "hay tiroteo entre base naval y el regimiento 7". A las 17.45 "tropas leales van dominando la situación en tierra.

En este mismo momento 6 aviones Avro Lincoln bombardean intensamente la base, por la denodada resistencia opuesta, se estima que van a dar mucho trabajo. Hay una gran humareda en este momento que indica un incendio en la base". A las 19.30:

"Ya hay tropas suficientes para conseguir la rendición de la base de Río Santiago. Se presume que esta noche se fugue hacia Montevideo la marinería".

El almirante Rojas salió al río con sus buques. A las 23.10 el Comando de Operaciones Navales transmitió en telegrafía:

Cesó resistencia Base Río. Capitán Manuel Giménez Figueroa a cargo de la base.

UNA VOZ AISLADA

Obtener y transmitir información correcta desde un teatro de operaciones militares exige cierta frialdad de ánimo. La delegación Córdoba de la Policía Federal cumplió esa tarea con una eficacia que sorprende, y siguió cumpliéndola cuando la ciudad ya estaba en manos rebeldes. A las tres de la tarde del 16 de setiembre, la delegación cordobesa admitía que el cuadro era confuso. La aeronáutica era rebelde. El general Morello con la cuarta división se aprestaba a atacar a Lonardi. "En la ciudad más o menos hay tranquilidad... Aviones sobrevuelan la ciudad, pero no bombardean".

A las 15.50 se producía un diálogo dramático

CÓRDOBA: L. V. 2 tomada por los rebeldes.
CENTRAL.: ¿Habla Ud. tranquilo? ¿No le hacen presión? ¿Habla con franqueza? ¿La delegación no está copada?
CÓRDOBA: Todavía tengo la delegación a mi mando.
CENTRAL: Llame al comisario inspector. ¿Cómo están las cosas por ahí?
CÓRDOBA: La población tranquila. En otro orden no hay solución.
CENTRAL: ¿Habla con libertad?
CÓRDOBA: Si, hablamos con absoluta libertad; los rebeldes irradian mensajes invitando al jefe de policía para que se entregue.
CENTRAL; ¿Dónde está L. V. 2?
CÓRDOBA: Queda a una cuadra de aquí. Las tropas tomaron el estudio. Vuelan aviones... y micros de la aeronáutica con tropas armadas controlan la ciudad. ¿Qué podemos hacer en caso de que tomen la delegación?
CENTRAL: No hay que ofrecer resistencia e inutilizar la radio. ¿Aeronáutica tomó la ciudad? Llegamos a la conclusión de que los rebeldes tomaron la ciudad.

A las 17.50 la delegación comunicó que los rebeldes habían tomado bomberos y comisaría 3a. A las 18.55:

Escuchamos desde aquí el tableteo de las ametralladoras frente al departamento de policía

A las 19.20:

Se desarrollan acciones frente al departamento de policía. Hay tres tanques con ametralladoras y tres cañones y aún no han podido tomarlo...
Las tropas rebeldes corresponden a la Escuela de Artillería y Aeronáutica... Da la impresión de que toda la ciudad estuviera en manos rebeldes... Esta delegación no ha sido tomada.

A las 19.45:

Ha sido tomado el Departamento de Policía; aquí estamos esperando la "visita".

Por algún motivo inexplicable la visita no se produjo y la policía federal tranquilamente siguió transmitiendo desde adentro de la ciudad ocupada. A las 4.45, en la madrugada del 17, comunicaba a Buenos Aires:

En Córdoba se siente mucho ruido de fuego de artillería. Hay lucha en los cuarteles de la Escuela de Artillería.

La información era correcta y responde a lo que cuenta el hijo de Lonardi en su libro: efectivos dispersos de la Escuela de Infantería bombardeaban con morteros. Dice: "Con las primeras luces del alba del día 17, los morteros fueron localizados y silenciados mediante el fuego de una batería de 105 mm.".

A las 6.15 la delegación cordobesa comunica "estamos más o menos bien por el momento". A las 8.10, "ambiente tranquilo... ritmo normal en la ciudad... El Gral. Videla Balaguer tiene instalado su comando en la Jefatura de Policía..."

La comunicación terminaba con lo que parece un toque de humor:

"Los periódicos locales comentan que en varios puntos del país se han producido movimientos subversivos".

A las 9.50: "Cierre comercial total. Aquí se encuentra todo intervenido por los rebeldes... Particulares andan provistos de armas largas..." A las 11.00 por fin los rebeldes se acordaron de "intervenir la delegación”:

CÓRDOBA: Al comisario Moreno lo han citado para que se presente al comando rebelde. El panorama es muy confuso.
CENTRAL: ¿Y va a ir?
CÓRDOBA: No sabe qué hacer.
CENTRAL: ¿No se puede venir a Buenos Aires?
CÓRDOBA: Tratará de hacerlo en compañía del inspector mayor.

Es la última conversación registrada con la delegación cordobesa. A partir de ese momento las noticias de la provincia llegarían a través de Río Cuarto.

FRACASO EN CURUZÚ

La aventura correntina del general Aramburu terminó en descalabro completo. A las 20.05 del 16 de setiembre, Corrientes participaba que iban a encontrarse con él fuerzas de Mercedes. Pero cuando esto ocurrió —cuenta Rolando Hume en su libro "Sublevación en Curuzú Cuatiá"— Aramburu desistió de la acción, aunque tenía fuerzas muy superiores, y volvió al punto de partida con sus tanques. Allí la situación en insostenible. El grupo rebelde debió huir ante la presión de los suboficiales que recuperaban unidad por unidad. A las 4.10 de la madrugada, dice Corrientes:

Referente a la Información de Curuzú Cuatiá, actualmente domina la situación el Teniente Coronel Frazer, y Jefe de esa unidad. Se tiene conocimiento de que el Jefe de la unidad. Coronel Reinafé, avanza con tropas leales desde Mercedes.

Horas después se confirmaba:

...han evacuado en automóvil el general Aramburu, coronel Señorans, coronel Arias Duval, teniente coronel Ayala, mayor Gastón, teniente coronel Orfila, mayor Pitón, mayor Samyn y mayor Afontlel. No han sido capturados. Se ignora para qué lado han ido.

Parece que el gobierno decide desentenderse de ellos (pasaban cosas más graves). Recién en la madrugada del domingo 18, KEES registra dos órdenes de captura. La segunda, emitida a las 5.10, dice:

Día 16, hora 22, General Aramburu, Coronel Señorans, Coronel Arias Ouval y Tte. Coronel Ayala, desplazáronse en coche jeep y vehículo del servicio, desde Curuzú Cuatiá hacia el sud, intentando fugar hacia Uruguay. Reitérase orden de captura y especial vigilancia rutas y lugares de embarque inmediaciones, Fdo. Félix M. Roble, M. Gamboa.

Estos jefes permanecieron escondidos en los montes y reaparecieron con el triunfo del movimiento.

MEDIA VUELTA A MENDOZA

El triunfo inicial de Lonardi en Córdoba paralizó a las fuerzas leales. Durante las últimas horas del 16 y todo el 17, KEES no hace más que registrar el paso de tropas que convergen sobre el foco rebelde. Muchas no llegarán, otras llegarán tarde, y algunas se darán vuelta en el camino.

Lonardi trasladó sus fuerzas de la Escuela de Artillería a la Escuela de Aviación. Las amenazas eran la 4ª. división del general Morello en Alta Gracia, la 5ª. división del general Moschini que venia desde el norte, los regimientos de Santa Fe comandados por Iñíguez que se acercaban desde el este y el segundo ejército que venía de Mendoza y estaba en San Luís.

Las acciones bélicas eran limitadas. Verbigracia:

R. P. F.: 16.40 hs. (17 de setiembre).
CENTRAL: ¿De las seis bombas explotaron dos y las otras cuatro que no explotaron quedaron en el campo?
R. CUARTO: Si señor, la pista y un aparato quedaron destruidos.
CENTRAL: Trate de ponerse al habla con el general Sosa Molina que está en Río Cuarto y comuníquele que la situación en San Luís es incierta.

A las 9.40 la delegación San Luís había informado que 1.000 hombres de tropa de montaña se disponían a embarcar en camiones rumbo a Córdoba. A las 14.45 hay un diálogo dramático:

SAN LUIS: Tropas de Mendoza están emplazadas frente al comando y al regimiento.
CENTRAL: ¿Tiene alguna novedad o dificultad?
SAN LUIS: Si. Es grave porque no sabemos para qué lado están.

Cinco minutos después iban a saberlo. Así lo indica una sola línea en clave que, sin duda, es la noticia de la sublevación. ¿Pudo evitarse? Alguien hizo un esfuerzo, a juzgar por este mensaje que a las 15.15 cursó Mendoza a Buenos Aires:

MENDOZA: Mayor Raymundo del Servicio de Informaciones del Ejército, se ha presentado a la delegación pidiendo le permitan comunicarse con San Luís, debido a que tiene conocimiento que las tropas que marchan al mando del general Raviolo, una parte de ellas estaría indecisa y quiere avisarles para que tomen medidas a tiempo.

Era tarde. El 2° Ejército volvía a Mendoza.

INTERMEDIO NÁUTICO

En el Río de la Plata, Rojas esperaba, tras desembarcar en Montevideo los heridos en los buques por un ataque aéreo. No hay noticias directas de sus actividades. KEES las registra a través de las radios uruguayas.

Las noticias de avances leales sobre la zona de Puerto Belgrano son tan abundantes como las que se refieren al cerco de Córdoba. Pero aquí nadie llegará a ponerse a tiro de cañón. Regimiento tras regimiento serán paralizados por la aviación naval. Entretanto, la flota venia desde el sur.

EUFORIA Y DESILUSIÓN

Es sabido que Lonardi llegó a ser muy pesimista sobre la situación el 18, ante el ataque de Iñíguez que tomó Alta Córdoba. En cambio Buenos Aires alberga un optimismo desmesurado, que se refleja en este diálogo sostenido en la noche del 17:

CENTRAL: Ya cayó Córdoba.
PARANÁ: Muy bien señor.

Lo cierto es que la ausencia de información alcanzaba niveles casi cómicos. Como el general Sosa Molina había desaparecido después de salir de Río Cuarto rumbo a La Carlota, Central pedía que lo buscaran, ¡en los hoteles más importantes!

Y agregaba:

—¿Sabe que la ciudad de Córdoba se rindió a los leales?
Río Cuarto contestó sobriamente:
-Esa novedad la tengo pero sin confirmación.
¿Podía comunicarse con San Luís?, preguntó Central. Lo estaba haciendo, contestó Río Cuarto, pero "por intermedio de la oficina de Correos y Telecomunicaciones, que está funcionando normalmente pero en poder de los rebeldes".
-¡Entonces no transmita nada! —se indignó Central.

En algunos casos la rutina primaba de tal modo sobre los hechos, que se registraron diálogos como éste:

R.P.F.: Hora 0.35 (18 de setiembre).
R. CUARTO: Acabamos de comunicarnos con el General Falconier; nos ruega tratemos por intermedio de ustedes comunicarnos con Córdoba para averiguar, la situación exacta de la ciudad porque tiene que mandar material. Además necesitaba saber, si es posible, la ubicación leal, o sea del General Morillo...
CENTRAL: Trataré de hablar con Córdoba, pero desde ya le anticipo que está incomunicada.

LV2 se burlaba:

—¿Cómo puede haber sido recuperada Córdoba si la voz rebelde sigue en el aire, teniendo en cuenta que las antenas de las estaciones transmisoras se encuentran, una a 7 kms. al norte de la ciudad y otra a 6 kms. al sud y sus estudios centrales en pleno centro de la capital? ¿Cómo no ha hablado aún el General Perón al pueblo? ¿Qué es lo que le pasa que nada dice? ¿Está cansado?

Hay muchos signos de que Central empezó a ponerse nerviosa. Por ejemplo este diálogo, a las once de la mañana del 18:

BELL VILLE: Esta mañana...
CENTRAL (Interrumpiéndolo): Si me habla de tropas no me dé cantidades ni ubicación.

O éste:

STGO. DEL ESTERO: El Jefe de Correos...
CENTRAL: No me vaya a hablar de hombres y tropas.
STGO. DEL ESTERO: No señor. El Jefe de Correos tiene conocimiento de que unos 40 hombres armados tomaron la comisaría de Tío Hoaca.

El episodio provoca el único estallido de indignación de Central que a las 11.50 instruye a Catamarca:

"Hacia ésa van dos camiones que llevan 40 hombres al mando de un señor que dice ser Mayor Uriburu... A esta gente y autoridades militares, hay que detenerlos en cualquier forma, empleando la violencia; a tiros, tírenles antes que ellos les tiren a Uds.; hay que eliminarlos si es necesario. Eliminarlos. ¿Me comprendió?"

Esta historia sigue misteriosa, pero ilustra lo que pasaba. Mientras Buenos Aires se ocupaba reiteradamente de esos cuarenta hombres, en Córdoba se libraba una lucha decisiva.

KEES no dice casi nada de eso. Tenemos que seguir a Lonardi (h). Tras ocupar el 18 la estación de Alta Córdoba, Iñiguez avanzó el 19 hacia el centro de la ciudad. Chocó con civiles que lo obligaron a replegarse a la estación. Lonardi le mandó emisarios. Iñiguez aceptó retirarse si no era atacado.

EL DERRUMBE

Para entonces la flota llegaba a Mar del Plata. A las 17.40 del 19 de setiembre KEES registra este diálogo:

R.P.F. (URGENTE):
MAR DEL PLATA: Hay intenso bombardeo. Seis buques de guerra rebeldes volaron la destilería de Y.P.F. que en estos momentos se encuentra en llamas y la usina de 4 de Junio. Están preparados para desembarcar en la costa... Muy intenso fuego de cañoneo.
CENTRAL: ¿Se preparan para desembarcar?
MAR DEL PLATA: Sí. Mantenemos encendido el equipo para dar más datos.

A las 10.15 del 19 de setiembre KEES emitió su último parte, que llevaba el número 430. Es casi de rutina. Registra una emisión radial de Radio Carve y una comunicación entre Central de Policía y Delegación Mar del Plata.

MAR DEL PLATA: ...Nosotros bien. El inspector Rocatagliatta me encargó consultara por cualquier situación pues prevemos un desembarco.

Aquí termina la historia de KEES. Lo demás es sabido. A las 12.45 el general Lucero leyó el mensaje en que Perón dejaba la situación en manos del Ejército. A las 17 se formó la Junta Militar que iba a negociar la situación con los rebeldes triunfadores.

Todo dicho, KEES no llegó a ser un gran servicio. En sus últimos días, sobre todo, dependió casi servilmente de las emisiones de la Red de la Policía Federal. Pero el testimonio que ha quedado de su trabajo, a falta de otros deberá ser consultado una y otra vez cuando se quiera reconstruir la historia militar del movimiento.

UN HOMBRE

Entre los muchos episodios pintorescos desperdigados a lo largo de la carpeta KEES, hay uno especialmente jocoso. Consta en un parte de la policía de San Javier (provincia de Santa Fe) al director general de policía de Rosario. Es del 18 de setiembre y dice así:

A su 6168 informo: 16.00 horas entró detenido XX (omitimos el nombre del protagonista) quien en oportunidad de realizarse Feria Rural subió a la tribuna diciendo: "Pido un minuto de silencio por los que están muriendo por la libertad", agregando: "Me proclamo jefe de la revolución en San Javier y los invito a la rebelión, citando exclusivamente a las mujeres de San Javier para una reunión esta noche, para festejar el triunfo de la revolución".

UN ARTILLERO

Durante el bombardeo de Mar del Plata, la delegación de la policía federal tuvo un "observador en un lugar estratégico, que observa la operación y nos comunica por teléfono". Las fuerzas de tierra no ofrecieron resistencia al bombardeo de la flota. Pero hubo una excepción, que Mar del Plata reportó a las 8.55 del 19 de setiembre:

Le comunico que hace cinco minutos comenzó a contestar el fuego un cañón de la costa, contra los buques de guerra. Se libra un duelo. No se sabe con exactitud dónde está ubicado el cañón.

¿MILICIAS OBRERAS?

Una de las más graves imputaciones que los revolucionarios formularon contra Perón fue el propósito de crear milicias obreras. Si nos atenemos a la información de KEES, la idea existió, aunque en estado larval.

A las 14.35 del 17 de setiembre Central ordenó a Santa Rosa: "Comunique al señor gobernador de parte del señor Ministro del Interior, que refuerce por todos los medios la colonia penal y si es necesario que arme civiles". Santa Rosa contestó: "La C.G.T. tiene hombres armados en la calle para cualquier novedad".

Ese mismo día a las 19.30:

Aquí en Santa Fe el Partido Peronista recibió órdenes de Buenos Aires de concentrar afiliados en las unidades básicas y la C.G.T. recibió órdenes de plantar piquetes de hombres en los puntos de acceso a la ciudad para controlar la entrada y salida de vehículos y personas. La policía cumpliendo instrucciones del Comando Militar, no le ha permitido las reuniones en las unidades básicas y tampoco facilita la labor de los hombres de la C.G.T., los que se dedican, en grupos de tres o cuatro, a anotar las chapas patentes de los vehículos que entran o salen.

A las 21 KEES anota que: "Se ha tenido conocimiento de qué las autoridades de la C.G.T. han solicitado a todos los secretarios gremiales la entrega con carácter de muy urgente, de listas con las personas de absoluta confianza dentro de cada gremio para la constitución de reservas".

A las 23.50: "Delegación Santiago del Estero informa a la Central que el interventor del Partido de esa provincia... mantuvo conversación telefónica con el Consejo Superior Peronista de Buenos Aires, de donde se le indicó que todo el personal inscripto en el partido debe estar armado y atento para cualquier contingencia. (El Interventor) pidió armas. Se ha hecho idéntica indicación a todo el interior".

La radio rebelde de Puerto Belgrano contestó simplemente: "Recordad la matanza del 16 de junio", responsabilizando de ella a los dirigentes obreros.

La idea de las milicias prosperó sólo en Santa Rosa. En la noche del 18, fueron disueltas por orden del regimiento 13, que era leal.

lunes, 22 de marzo de 2010

EL ULTIMO SERVICIO SECRETO DE PERON

Por Rodolfo Walsh - (Parte 1)

Posiblemente sea la menos difundida de las producciones periodísticas del autor de Operación Masacre. Fue publicada en el mes de agosto de 1967, en el nro. 4 de la revista Todo es Historia, dirigida por Félix Luna, presentando datos e interesantes apreciaciones sobre la insuficiente y confusa tarea de inteligencia estatal destinada a defender al gobierno popular de Juan D. Perón en 1955.

Se trata de un texto mucho más extenso de lo que solemos ofrecer en nuestro blog, ya que decidimos publicarlo en su totalidad —en dos partes—, suponiendo que no son muchas las ediciones circulantes en las que se encuentra incluido. Con lo cual, no es difícil suponer que será de gran utilidad para la creciente legión de lectores de este notable escritor militante.



El nombre de la persona que me dio la carpeta KEES debe permanecer, desgraciadamente, en reserva. Sus comentarios hubieran sido más autorizados que los míos. KEES fue el último servicio de informaciones creado por el gobierno peronista antes de su caída. La carpeta que da cuenta de sus actividades entre el 7 y el 19 de setiembre de 1955 contiene 81 partes especiales, numerados del 349 al 430. Se deduce la existencia de cuatro carpetas anteriores, que no han llegado a mis manos.

KEES probablemente empezó a operar después del fallido alzamiento del 16 de junio. Los motivos de su creación son conjeturales. Es verosímil que Perón desconfiara de los servicios militares de información.

El KEES no llegó a tener acción propia. Actuó principalmente como centro de escucha —y quizá de control— de las transmisiones que se efectuaban, a través de la R.R.P.F. (Red Radioeléctrica de la Policía Federal), la Dirección Nacional de Seguridad, el Comando de Represión y la propia policía. Ocasionalmente monitoreó las redes del Ministerio de Marina, Prefectura y policías provinciales. Prestó cierta atención a los panfletos callejeros y las transmisiones de radios comerciales, principalmente uruguayas.

Solamente en un caso —paradero de un marino retirado— encontramos al costado del parte una anotación a lápiz: "Detener y allanar domicilio". Y más abajo, en tinta: "Se cumplió". Los partes 427 a 430 del 19 de setiembre, que describen el bombardeo de la Marina a Mar del Plata traen anotaciones a lápiz que dicen: “Pasado a Comando J.” o bien “Pasado a Comando J. y Gral.”. El Comando J. es probablemente el comando de la junta militar a raíz de la renuncia de Perón. La identidad del "general" es hipotética pero fácilmente presumible.

Sin duda el interés mayor de estos documentos es que muestran cómo se vivió la revolución del ‘55 desde adentro de los organismos encargados de reprimirla. Un elemento accesorio de interés, es que ilustran, aunque sea de modo incompleto, cómo actúan algunos servicios de informaciones.

A KEES le servia de pantalla una repartición municipal. Contaba, sin duda, con personal adiestrado, militar o policial. La información era repartida en hojas dactilografiadas y copiadas al carbónico, cuyos destinatarios eran seguramente Perón y algunos de sus ministros y funcionarios claves. El sistema de copia permite suponer que el número de ejemplares era escaso, alrededor de media docena.

La transcripción integral de la carpeta KEES demandaría un volumen de 200 páginas. Aquí seleccionaré los partes más importantes, que constituyen una historia intima de la revolución de setiembre, vista desde el bando de los vencidos. En caso necesario completaré esa visión unilateral con breves referencias a testimonios producidos por el otro bando, en particular el relato de Luís Ernesto Lonardi, en su libro Dios es Justo.

"ESOS MARINOS"

Para nosotros, la historia empieza a las 20.45 del 7 de setiembre de 1955, cuando KEES emite su parte especial 349 que consta de seis puntos. El primero carece de importancia: informa sobre la huelga médica en Paraná. El segundo es curioso: la R.P.N.M. (Red de la Prefectura) informa al Consejo Federal de Seguridad con carácter de "urgente" y reservado la llegada a Punta Arenas de una fragata inglesa.

Ese arribo se ha producido veinte días antes, el 18 de agosto, fecha en que —se agrega— fue hallada a bordo del vapor francés Laennec en el Río de la Plata “la pasajera clandestina Lidia Olmos del Campo de Zavala Ortiz... siendo entregada a las autoridades del Uruguay". Los movimientos de la escuadra inglesa y de la esposa del conocido dirigente político, son anécdotas. Lo que cabe subrayar es la morosidad de la información que daba Prefectura al Consejo.

Lo que sigue tiene un significado retrospectivo que no escapará a quienes recuerden cuál fue el último asilo de Perón en la Argentina:

4° — R.P.N.M. — Hora 18.30 — Radiconversación entre Prefectura Central y Subprefectura Corrientes:
CORRIENTES: Despacho día 23 de agosto ppdo. se refería a que ese mismo día, horas 13.45, había pasado por el puerto Corrientes, aguas abajo, una cañonera paraguaya con nombre ilegible.

El punto siguiente del parte aborda ya en forma directa uno de los problemas que más debieron inquietar al gobierno: la actitud de la marina después de la derrota del 16 de junio:

5° — R.P.N.M. — Hora 18.45 — Radioconversación entre Prefectura Central y Subprefectura de Bahía Blanca:

BAHÍA BLANCA: Información sobre aviones establecía que los aviones eran armados por personal militar, no permitiéndose la intervención de personal civil y que circulaban rumores de que los aviones saldrían el día 3 del actual para Buenos Aires.

CENTRAL: Comprendido. ¿Y sobre esos marinos qué hay?
BAHÍA BLANCA: El día 6 y 7 del corriente habrían sido detenidos en Puerto Belgrano y trasladados a esa Capital el capitán de fragata Sánchez Moreno, comandante de una fragata, el capitán de fragata San Pietro, segundo comandante del "9 de Julio" y el teniente de navío Cúneo, comandante del remolcador "Diaguita”.
CENTRAL: Muy bien. ¿Qué barcos habían salido?
BAHÍA BLANCA: En vez del "9 de Julio" salió el "17 de Octubre" y también "La Argentina".

Los aviones eran de la base Espora. Allí estaba concentrada toda la aviación naval, tras el desmantelamiento de Punta Indio. Cuando el 13 de agosto escaparon de Espora los tenientes de navío Collet y Corbera, el gobierno ordenó la suspensión de los vuelos y el desarme de los aviones. La medida se revoco un mes más tarde. Los pilotos estaban casi totalmente comprometidos con el nuevo alzamiento en marcha.

KEES era y siguió siendo hasta el fin un servicio incipiente. No tenía, al parecer, personal ni equipo para manejar más de una situación importante. De ahí que abandone enseguida esa punta del hilo conspiratorlo, interrumpiendo la escucha de la Red de Prefectura y concentrándose en la red policial. Lo que pasa es que por la R.P.F. se tramitan mensajes mas urgentes: algo se está moviendo en Córdoba.

LOS ESPEJISMOS

¿Por qué triunfa o fracasa un movimiento militar? Al margen de la relación de fuerzas, la estrategia, etc., es la información o "inteligencia" la que desempeña a menudo un papel decisivo. Puesto que la revolución del ‘55 triunfó, ya no es astuto sorprenderse de que los servicios de informaciones y seguridad encargados de detectarla hayan fracasado. Cabe preguntar, en cambio, por qué fracasaron. Una parte de la respuesta es, a mi juicio, que persiguieron tres espejismos.

Para estudiar el primero, hay que remontarse al discurso que pronunció Perón el 31 de agosto de 1955, poniendo término a la pacificación Iniciada en julio, prometiendo responder a la violencia con una violencia mayor y asegurando que "cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos".

Algunos oficiales del ejército conspiraban ya. Uno de ellos, el general Dalmiro Videla Balaguer, portador de la medalla peronista de la lealtad, decidió esa misma noche sublevar la Escuela de Artillería de Córdoba y con ese fin mandó un emisario, Torres Fotheringham, que naturalmente fue rechazado. Videla Balaguer y los cuatro jefes que lo secundaban, debieron huir, pero los servicios de seguridad del gobierno los convirtieron en su objetivo numero uno, cuando en realidad carecían de fuerzas propias y estaban desvinculados de la verdadera conspiración.

El segundo espejismo fue el coronel retirado Juan Francisco Castro, ex ministro de transportes de Perón. El tercer espejismo fue el general Oscar Silva, edecán de Uriburu en el ’30, más tarde director del Colegio Militar y embajador en España. Hasta 1954 gozaba de la confianza se Perón.

Durante la primera quincena de setiembre casi todos los esfuerzos del Consejo Federal de Seguridad, la policía federal y la policía cordobesa se concentraron en localizar y detener a estos tres hombres. El azar quiso que Silva y Castro estuvieran efectivamente en la provincia de Córdoba, lo mismo que Videla Balaguer.

El general Silva fue detenido el 14 de setiembre, a las 19.30. El coronel Castro, al día siguiente. Ya era tarde para buscar a los verdaderos conspiradores. Ninguno de los dos ha figurado hasta ahora en las historias publicadas de la revolución del 55, a la que prestaron este involuntario servicio.

Por natural compensación, tampoco aparecen ni las carpetas del KEES, hasta el 16 de setiembre, el general Lonardi, Ossorio Arana, Rial, Señorans, ni Aramburu...

VIDELA

La fuga del impetuoso general de Río Cuarto databa del primero de setiembre. Una semana después, su búsqueda tenía prioridad. En Buenos Aires, se vigilaba la casa de su cuñada, Nidia Sánchez Ruiz. En Río Cuarto, a las 23.40 del 7 de setiembre, la delegación de la policía federal retransmitía a su colega de San Juan este mensaje:

Por requerimiento con sumo interés del Sr. Juez de Instrucción Militar, General de División José María Sosa Molina, se solicita inmediata detención del General de Brigada Dalmiro Videla Balaguer, Coronel Juan Bautista Picea, Tenientes Coroneles Luís María Carabba y Pablo Ruiz Picasso y el Mayor Jorge Fernández Funes, por suponerse intentan abandonar el país por la zona de Chile. Fdo. Orestes Martelli — Subcomisario a cargo de Delegación.

Poco más tarde KEES en su parte 351:

Hora 1 — Se ha obtenido información referente a la detención del General Dalmiro Videla Balaguer, la que se habría realizado en las últimas horas del día de ayer.

Era falso. El parte 353 recoge, a mediodía del 8, este diálogo entre la delegación de Río Cuarto y el Departamento Central de la policía federal con intervención, al parecer, del director de Seguridad, general Félix M. Robles:

CENTRAL: ¿Tiene novedades por ahí?
R. CUARTO: Hoy se ha publicado en los diarios locales una requisitoria emplazándolos a presentarse al comando de la IV Región Militar, dentro del tercer día de la fecha.
CENTRAL: Aquí se comenta que habrían sido detenidos pero no sabemos en qué lugar, de manera que si tiene alguna información hágala saber en seguida.
R. CUARTO: Dígale al señor director me perdone, que demoré un poco en hacerle conocer novedades, porque estamos trabajando intensamente realizando... una gran cantidad de diligencias que me mantienen casi todo el día y la noche fuera de la delegación porque es necesario que alguna de estas personas aparezca.

A las 12.50 Central habla con Mendoza:

CENTRAL: (Subcomisario Carnerero) ¿Uds. siempre mantienen relación con las autoridades de esa localidad chilena? Hágales saber que esos militares que usted sabe se habrían dirigido a ese país.
MENDOZA: (Comisario Muñoz) Ya estoy en conocimiento de lo que Ud. me dice, porque Río Cuarto ya me había avisado.
CENTRAL: Tenemos la información de que ya se encontrarían allí.

La información no debía ser segura, porque una hora y media después se pedía a Córdoba:

CENTRAL: Por orden del Señor Director, deben intensificar vigilancia y en cooperación con organismos afines, a los efectos de impedir que esas personas de "asunto Río Cuarto", puedan salir posiblemente con destino a Bolivia.
CÓRDOBA: Ya se han tomado medidas señor, en colaboración con Gendarmería, Aduana e Inmigraciones.

A las cinco de la tarde la requisitoria del juez militar es transmitida a las delegaciones de La Rioja, Santiago del Estero. Salta, Jujuy y Tucumán. El general Balaguer no había salido de la provincia de Córdoba por donde ambulaba, según algunos, disfrazado de linyera o de cura. En cambio, en Buenos Aires se realizaba una entrevista decisiva e inadvertida: a las 9 de la noche el general Lonardi hablaba con el coronel Señorans, jefe de estado mayor del comando revolucionario que respondía a Aramburu. Aramburu había desistido, pero Lonardi estaba dispuesto a seguir adelante.

“CASTRITO”

El segundo fantasma de esta historia aparece en los partes de KEES a la una de la madrugada del viernes 9 de setiembre. Se transcribe una radioconversación sostenida cuatro horas antes entre Central de Policía y Delegación Córdoba:

CENTRAL: Tenemos conocimiento de que el ex Ministro de Transportes Coronel (R) Juan F. Castro, se encontraría en la localidad de La Falda. Practiquen una averiguación para ver qué motivos lo llevaron allí y además qué actividades desarrolla en ésa.
CÓRDOBA: En cuanto pueda averiguar algo le comunicaré.

El sábado y el domingo se trabajó muy poco en KEES, sin duda por el feriado: el promedio de cinco partes diarios bajó a dos. Transcurrieron 36 horas antes de que la inquietud se renovara:

CENTRAL: ¿No tiene novedades de Castrito? Castrito ¿me entiende?
CÓRDOBA: Nos hemos comunicado con La Falda telefónicamente y de allí nos comunican que no estuvo.


Entretanto Lonardi fijaba la fecha del estallido: 16 de setiembre. Sus hijos viajaban a Córdoba y se ponían en contacto con la guarnición. En esos momentos aparecía ante los ojos encandilados de los servicios de seguridad el tercer fantasma.

SILVA

Parte 361, del sábado 10 de diciembre:

2° — R.P.F. — Hora 12.50 — Radioconversación entre Central y Delegación Bell Ville.
CENTRAL: Por encargo del señor Director, averigüe si en la localidad de Leones, en Marcos Juárez, hay una estancia donde el general Silva tiene familiares.
B. VILLE: No estoy informado de eso.
CENTRAL: ¿No sabe si el general va por allí habitualmente?
B. VILLE: No, señor; le digo que no conozco esa información y por otra parte le comunico que esa. es una zona de muchas estancias.
CENTRAL: Bueno, espere un momento... Dice el señor Director que practique discretas diligencias para averiguar eso, pero a fondo. Este señor, con un hijo que es capitán, ha viajado a esa localidad, donde la esposa tiene unos parientes que poseen una estancia.


¿Por qué buscaban al general Silva? La mención de su hijo es por ahora el único indicio. Según Luís E. Lonardi, en su libro, por esa misma fecha le hablaron "de la posibilidad de llevar a cabo una acción de sabotaje contra el material de tanques de Campo de Mayo, preparada por el capitán Silva, de la Escuela Superior Técnica."

B. VILLE: Haré cuanto pueda. Usted sabe, es una zona sumamente grande.
CENTRAL: Se sabe que viajan en una camioneta color azul claro; no se conocen otros antecedentes. Le recomiendo hacer una observación muy a fondo, pero discretamente.

Tres horas y media después aparece un mensaje, parte cifrado y parte en claro:

R.P.F. — Hora 15.30 — Comunicado general de la Dirección Interior.
Dirección del Interior. 3004/4S. Red Radioeléctrica — Exclusivamente para los SS. Delegados — DIT dt. 1568/1604 — De la fecha.
Al texto: Si el (siguen 32 letras en clave que, casi con certeza, designan al general Silva) se encontrará en ésa, interesa conocer sus actividades y contactos — Actuar con la mayor discreción para no dejar (10 letras en clave; probable texto claro: "indicios") que se lo (7 letras en clave; probable texto claro: "vigila").
Fdo. Francisco Bertoni, Inspector General — Director del Interior.

Los criptógrafos de la policía violaban dos reglas del oficio: la primera es no mezclar texto claro con cifrado; la segunda, ordena completar con letras nulas el mensaje hasta obtener un múltiplo de cinco. Pero esto carecía de importancia. En la noche del domingo 11 de setiembre Lonardi se encontraba en Buenos Aires con el entonces mayor Guevara y quedaban trazados definitivamente los planes de la Insurrección en Córdoba, Litoral y bases de la marina.

El viaje a Córdoba del Ministro de Ejército general Lucero, y las conclusiones que sacó de él, terminarían de confundir definitivamente al gobierno.

UN GENERAL EN ÓMNIBUS

A las tres de la tarde del domingo, Central informaba a Córdoba:

Hoy a las 14.20 horas en avión E.T.A. N° 103 con destino a La Cumbre, en vuelo reservado viajan ocho generales, sus nombres son: Sánchez Mendoza, Iñíguez, López, Ciceros, Serna, Reyes, Pérez Tort y Balloffet. Con mucha discreción y reserva establecer su arribo, motivos del viaje y actividades en ésa.

La respuesta llegó cuatro horas después:

Con respecto a los ocho generales mi radiograma de ayer N° 2470 se refiere a eso; vienen a presenciar demostración de tiro en Pampa de Olaen y se van a hospedar en La Falda y no en La Cumbre.

A las 20.25:

CÓRDOBA: Mañana a las 2 horas viajará el general Lucero a La Pampa de Olaen, presumiblemente en avión.


A mediodía del lunes 12:

CÓRDOBA: De acuerdo con lo solicitado, quiero comunicarle que referente a S.E. el señor Ministro de Ejército, llegó esta mañana, aterrizando el avión a las 9.46 en La Cumbre. En estos momentos estaría por almorzar en las cercanías de La Falda. Luego se dirigirá a la Pampa de Olaen a presenciar un ejercicio de tiro con armas nuevas.

Lucero estuvo 48 horas en Córdoba. Un detalle pintoresco es que se hospedó en la Colonia 17 de Octubre de La Falda, y que en ese mismo lugar estaba el coronel Castro, tan buscado por la Dirección de Seguridad. Es más: al ser detenido, Castro alegó que había hablado con él.
A las 10.50 del miércoles 14 KEE8 recogía este diálogo:

CÓRDOBA: Esta mañana del aeroparque "La Cumbre" partió S.E. el señor ministro de Ejército, general D. Franklin Lucero, a las 9.30 horas aproximadamente con su comitiva con destino al aeroparque de Buenos Aires.
CENTRAL: ¿Tiene las características del avión?
CÓRDOBA: Partió en un avión particular.

Como es sabido, Lucero a su regreso tranquilizó a Perón. En Córdoba no pasaba nada. Pero casi a la misma hora en que él salía en avión de la provincia, llegaba en ómnibus el general Lonardi.

LA REVOLUCIÓN NO OCURRIRÁ

En 36 horas más la búsqueda de los fantasmas iba a tener éxito. Los tres serian localizados, y dos de ellos detenidos. El tercero escaparía sobre el filo del estallido.
KEES registra la persecución de Videla Balaguer en sus partes 357, 359, 365 y 368 que van del 9 al 13 de setiembre. El domingo 11 Buenos Aires solicita la detención de sus emisarios Torres Fotheringham y Marino.

RIO CUARTO: ¿Estas detenciones la han solicitado desde aquí? CENTRAL: No. Las solicita el coronel Osinde de aquí.

Marino fue apresado el 12 y los datos de Torres Fotheringham se radiaron a todas las delegaciones. El hallazgo de Videla, su tiroteo con la policía y su liberación pertenecen a la crónica Insurreccional. El 13 de setiembre Buenos Aires seguía reclamando a Córdoba noticias de Silva:

Lo molesto para que pida colaboración a la policía local, con toda reserva y discreción para establecer el paradero del General Silva. Mucha reserva y discreción sin hacer ninguna clase de alarde.

Horas después se pedía a La Rioja y Catamarca detalles del viaje realizado un año antes por el general. Por fin en la noche del 14 KEES anota:

2° — R.P.F. — Hora al.30 — Radioconversación entre el Director del Interior D. F. Bertoni y el Comisario Brandolin, de Delegación Bell Vllle:

CENTRAL: Lo molesto para que usted me ratifique la detención del General; ¿dónde fue detenido y en que circunstancias?

B. VILLE: En el Correo de Marcos Juárez. mientras hacia un telegrama; fue detenido a las 19.30 horas por el Inspector Morí y Ayudantes Silva y Bianchi.
CENTRAL: ¿Qué dice el hombre; está tranquilo?
B. VILLE: Si, señor, está tranquilo. Aun no lo he interrogado.
CENTRAL: Tome precauciones para que no ocurra ningún inconveniente; trátelo con la mayor deferencia y consideración; póngale un asistente a sus órdenes por disposición de la Jefatura; hágale un dormitorio y posiblemente vaya el General Polero en su busca. Hay que hacerle saber que es orden del General Robles, a pedido del señor Juez Militar José M. Sosa Molina. Arbitre todos los medios a fin de evitar inconvenientes. El señor jefe los hace felicitar y transmite también felicitaciones del señor Ministro de Ejército. General Lucero.

Este mensaje prueba, a mi juicio, la importancia que se otorgaba al ex director del Colegio Militar. Ahora faltaba el segundo eslabón de la cadena.

R.P.F. — Hora 21.20 — Parte ya iniciado, en el que no pudo captarse cuál era la Delegación receptora:

DITDF N° 1727. En razón de tenerse conocimiento que el Coronel (R) (siguen 21 letras en clave que indudablemente designan a Juan Francisco Castro) se encomiaría en esa ciudad, se solicita que con la reserva pertinente se trate de establecer sus actividades. Fdo. F. Bertoni — Director Interior.

Esta vez la respuesta fue rápida:

R.P.F. — Hora 23.55 — Radioconversación entre Central y Delegación Córdoba: CÓRDOBA: Sobre la detención del Coronel J. R. Castro, que hablé con el Director, hállase en la Colonia 17 de Octubre en La Falda, en compañía de su esposa e hijo. Esta persona no quiere concurrir alegando que debe ser recibido por un alto jefe. En ese mismo lugar se alojó S.E. el señor Ministro de Ejército y argumenta que conversó con él.
CENTRAL: A esa persona tiene únicamente que observarla con una discreta vigilancia y sin tomar otra medida, por cuanto no hay que detenerla.

En la madrugada del 16, la vigilancia se convertiría en orden terminante de detención. Pero entretanto Buenos Aires comunicaba a todas las delegaciones que Castro había sido localizado.
El ambiente parecía despejarse. La Revolución Libertadora no iba a ocurrir, por lo menos en Córdoba. KEES podía ahora volver a "esos marinos". Esta parte de la carpeta se cierra con una nota de Involuntario aunque punzante humor:

Parte Especial N° 376 del 15 de setiembre.
1°) Red. Rad. M° de Marina — A las 9.40 horas por la red radioeléctrica del Ministerio de Marina se escucho la siguiente radioconversación:

Aquí PERA operando capitán Gravan; ¿quién opera en ésa?

Aquí NARANJA operando cabo Tejerina.
PERA: Bueno Naranja, va a hablar el almirante Jáuregui desde su despacho, permanezca atento, pasemos a inversor.
NARANJA: Aquí hablando el almirante Jáuregui desde su despacho, su transmisión es muy buena; fuerza 5, claridad 5, muy buena su transmisión. Esto va marchando y me alegro en beneficio de las transmisiones.
PERA: (La escucha es imperceptible, con muchas descargas).
NARÁNJA: Yo desearía que transmitiera a la Capital desde donde ha transmitido y si lo ha hecho con inversor.
PERA: (Es imposible la escucha).
NARANJA: Espero que tengan un buen día como aquí en la Capital Federal. Espero su llamado el viernes a esta misma hora. Los felicito a todos y esto me demuestra que en la marina hay muy buen personal de comunicaciones. Felicito al personal de esa transmisora Puerto Belgrano y de esta central.

El día era lindo, los equipos andaban bien. ¿Qué más se podía pedir para hacer la felicidad de un almirante? Estamos a 15 de setiembre de 1955.

martes, 16 de marzo de 2010

EMILIO CIVIT Y LOS FERROCARRILES

Por Julio Irazusta

El mendocino Emilio Civit transitó, íntegramente, la circunferencia histórica trazada por el autonomismo nacional. Tanto en su esplendor patriótico como en su nefasta decadencia. Pues si bien a partir de la gestión como gobernador de Mendoza en 1906, Civit habrá de encarnar como pocos la feudalización de las provincias —promovida por el rehabilitado conservadurismo centralista, desde la presidencia de Manuel Quintana en adelante—; también se debe al mismo Civit, siendo ministro de Obras Públicas de Julio Argentino Roca en 1898, el intento por recuperar la red ferroviaria argentina —por entonces en manos del capital británico— para ser incorporada al desarrollo autocentrado de nuestro país.

El presente texto de Julio Irazusta ha sido extraído del volumen El tránsito del siglo XIX al XX que integra la colección Memorial de la Patria (Ediciones La Bastilla, Editorial Astrea, 1975).


El ministro de Obras Públicas, don Emilio Civit, desarrollaba desde su estreno en el gabinete una intensa labor de expansión ferroviaria y fluvial, como de apoyo a toda acción de progreso. La crónica de sus andanzas por todo el país ocupaba más espacio que la de ninguno de sus colegas, en la prensa diaria o los semanarios ilustrados.

Inauguraba obras a empezar o terminadas, en puertos, ferrocarriles, puentes, caminos, diques, o edificios públicos en que la administración se instalaba con decoro y holgura correspondientes al aumento de los recursos estatales en constante ascenso.

Pero sus movimientos no eran manifestaciones de una inquietud acéfala. Tenía un plan acorde con las necesidades del momento, y perseguía un objetivo entrevisto por muy pocos en aquella época.

El resorte de la expansión nacional había sido hasta entonces el desarrollo ferroviario. Era un lugar común de la discusión política y económica, que el aumento de la riqueza, la difusión del bienestar, la conquista incesante de nuevas zonas marginales para la producción, el afianzamiento de las instituciones, se debía principalmente a los ferrocarriles, cuya red era ya superior a la de cualquier otro país en nuestra parte del hemisferio.

Y como la mayoría de las empresas pertenecían a capitalistas extranjeros —en particular, británicos—, los comentarios sobre aquella dichosa circunstancia rara vez dejaban de acompañarse con una loa ditirámbica a la benéfica acción del aporte exterior en el progreso nacional.

Pero la verdad era muy distinta. Cierto, hasta entonces nadie había realizado el esfuerzo de abstracción que posteriores generaciones harían por desentrañar la verdadera historia de los ferrocarriles; únicamente voces aisladas habían denunciado como funesto error el traspaso de las fuentes de riqueza creadas por el país a manos extrañas, a veces por ignorancia, pero las más por miserable venalidad.

El más incisivo impugnador de las empresas ferroviarias extranjeras, Osvaldo Magnasco, había señalado perfectamente la firme voluntad con que ellas paralizaban el desarrollo nacional, y dado el calificativo de robo a la forma en que expoliaban al país. Pero no había evaluado el ingente monto de la expoliación, en comparación con el volumen total de la economía argentina, ni —algo más importante— revisado los títulos de propiedad ostentados por las empresas.

Fue un estadígrafo, Alberto Martínez, en sus Finanzas de la República Argentina, el primero que habló de la carga que las empresas británicas representaban para el presupuesto nacional, mientras que en Australia los ferrocarriles daban una renta pública de 16 millones de pesos oro.

El ingeniero Civit no podía expresarse en una Memoria ministerial con la misma libertad que un publicista. Por eso, en la de 1901 arranca su exposición con una apariencia de entera conformidad con los prejuicios imperantes. En una amplia reseña histórica sostiene que la Argentina construyó su red ferroviaria siguiendo el ejemplo de otras naciones mejor administradas, por medio de la empresa particular, pero con apoyo del Estado, en forma de intereses garantidos, aportes de capital, exenciones de impuestos a la importación de maquinaría, concesiones de tierra, etcétera.

Rechaza con vigor los cargos a veces formulados contra algunos de los contratos, como, por ejemplo, el del Central Argentino. La parte de error que admitía, la decía disculpable, por el patriótico afán de combatir el aislamiento y poblar el desierto.

“Pero —agrega a vuelta de página— sea de todo ello lo que fuere, el hecho real es que la explotación de los ferrocarriles, en la forma en que han sido concedidos, han legado serios problemas en lo que concierne a las relaciones entre las empresas, el comercio y la producción, que la crisis que viene gravitando sobre el país ha agravado, y de los que es indispensable preocuparse para resolverlos dentro de los principios de equidad y de justicia, y teniendo presentes los intereses que por una y otra parte están comprometidos”.

De la facultad que los contratos reservaban al Gobierno, de fijar las tarifas, dice que “la cláusula en realidad nada vale y nada importa; completamente ineficaz a los fines de moderar lucros excesivos, y de proteger la producción del país, desde que sin violencia ni dificultad alguna las empresas pueden, por su propio albedrío, y por medios conocidos, evitar que la renta exceda el límite fijado, resultando así completamente ilusoria la intervención morigeradora del Estado. He sostenido que todas esas concesiones importan monopolios y privilegios que no deben mantenerse a perpetuidad, porque afectan al orden público, contra el cual nadie puede tener derechos irrevocablemente adquiridos, y que es necesario preocuparse de modificarlos con prudencia, para salvar al país de los perjuicios y peligros que comportan”.

Habla de la tendencia ya antigua en Europa —como que Mitre la recordaba en su discurso de 1869 contra la entrega al capital privado del puerto de Buenos Aires— a rescatar los ferrocarriles. Encara las dos formas de resolver el problema, por expropiación o por arrendamiento de las empresas privadas. Y si descarta la primera solución, para quedarse con la segunda, no es por temor al cuco de la estatización —postura ideológica extraña a todo verdadero estadista—, sino por la dificultad de colocar el empréstito de 650 millones de pesos oro que insumiría la operación, y “la falta de fe y de confianza en la capacidad administrativa del Gobierno, fundada, desgraciadamente, en hechos anteriores que, corregidos en el presente, no tienen aún poder bastante para modificar en tan breve término una opinión pesimista profundamente arraigada desde largos años”.

El temperamento más al alcance de la administración a que pertenecía, era el plan de expandir la red de los ferrocarriles estatales, que él seguía, como el mejor instrumento para controlar a las empresas particulares.

Anhelaba “impedir los mayores males que el futuro nos traerá, si con anticipación no nos preocupamos de prevenirlos. A este estado de cosas ha contribuido también —agrega finalmente— la enajenación de los ferrocarriles que la Nación poseyera primitivamente, error imperdonable que ni siquiera se atenuó después con la ejecución de otras obras de interés público, o con una aplicación provechosa para el país de los dineros que por aquel concepto ingresaron al tesoro”.

lunes, 8 de marzo de 2010

EL INTELECTUAL ALIENADO

Comida con motivo del primer aniversario de la inauguración de los talleres gráficos de la Editorial Claridad, en la calle San José de la ciudad de Buenos Aires (1925). En la fila de los sentados, el primero de la izquierda es el editor Antonio Zamora; el tercero de la izquierda, Roberto Arlt; y el último, Elias Castelnuovo.

Por Juan José Hernández Arregui

Pocos años antes de morir Karl Marx en la soledad de Londres, ya comenzaba a proliferar en Europa una legión de diminutos epígonos, empeñados en malversar la formidable herencia teórica del genial pensador de Tréveris.

Accesibles folletines ofrecían un infalible mecanismo interpretativo “marxista”, que permitía descifrar el presente, el pasado y el futuro de la sociedad. Para ello bastaba establecer una correlación automática de las leyes e ideas o del arte y la literatura, con el medio económico en el que tenían lugar tales manifestaciones

Pero Marx ya había advertido sobre el carácter ambiguo y matizado que revisten las relaciones entre base y superestructura, así como de las dificultades que debía sortear el investigador que ahondara estos temas.

Es notable que Hernández Arregui asumió tales advertencias. El presente texto —tomado de su libro Imperialismo y Cultura— enfoca parte de la obra de Roberto Arlt y encuentra, con certero rigor y lejos de cualquier simplificación mecanicista, algunos síntomas generales de la clase media de Buenos Aires durante la llamada “Década Infame”.


La inteligencia argentina de esa época, molida por la máquina del periodismo, después de 1930 se torna acre. Su realismo es grosero o enfermizo. Buenos Aires, ciudad de traficantes, no lee. Este sentimiento de fracaso intelectual ha sido expuesto por Roberto Arlt en una de sus creaciones más importantes y menos conocidas: Escritor fracasado.

En este relato, intermedio entre el drama y la farsa, se sigue el aplastamiento y deserción del escritor porteño. En él, con manifiesto material autobiográfico, Arlt refiere el lento proceso de degradación y la final nulidad del intelectual de la pequeño-burguesía porteña:

"Yo era una esperanza. Y una esperanza sin proporciones es siempre superior a una realidad mensurable. Espoloneado por mi amor propio, juré ver muy lejos, sin cavilar que mi ‘muy lejos’ pertenecía al pasado. ¡Es tan fácil, por otra parte, enunciar propósitos sin proporción!"

Pero los propósitos desproporcionados denuncian en el escritor alienado en su conciencia social, la falta de estímulos reales en una sociedad sumida en la indiferencia, en la ausencia de perspectivas.

Estos escritores asisten al envejecimiento prematuro de sus ideales. Cedieron ante una realidad endurecida. Una realidad sobre la que no podía edificarse ninguna seguridad. Algunos se suicidaron. Fluctuantes entre el nihilismo, la revolución, la versatilidad ideológica y el escepticismo político, anclaron en el individualismo agresivo o en el indiferentismo:

“¿Qué escrúpulo podía impedirme escribir un libro negativo, fabricar algo así como un Eclesiastés para intelectuales sietemesinos, demostrándoles con habilidad cuan engañosos resultaban sus esfuerzos frente a la estructura del Universo? ¿A quiénes aprovechaban sus esfuerzos estériles? ¿No era preferible vender telas tras un mostrador o pesar vituallas en una feria a sacrificarse?... ¿Y al final, con qué ventajas?... ¿Para que un lector desconocido se distrajera unos minutos en una lectura desocupada que jamás sospecharía cuentos esfuerzos había costado”.

Esta estructura del Universo que aprisiona al espíritu, es en realidad Buenos Aires, con sus desocupados, sus feriantes italianos y sus habitantes innominables perdidos en la ciudad sin espíritu, donde todo ha sido colonizado.

La angustia de Arlt refleja la pérdida de la ruta colectiva del país, percibida por todos irracionalmente y sufrida por múltiples conciencias individuales atomizadas en la ciudad cartaginesa. Sobre esta realidad el artista se siente superfluo, vencido por las fuerzas luctuosas del universo, solo frente a la eternidad. Pero este desgarramiento del "yo", no es más que la contratapa del enanismo de la propia situación social del escritor, empeñado en conquistar la gloria en el diario impersonal, en la agencia noticiosa impersonal, en el monopolio impersonal con sede en Londres o en Wall Street.

En este cuento de Arlt se siguen paso a paso, en magistral análisis psicológico, las dudas del escritor de "conciencia turbada", como se dice ahora, entre la acción y el refugio en el arte puro.

(...) He aquí el retrato del escritor pequeño-burgués. El hombre angustiado de Roberto Arlt es la baja clase media acorralada de la década del 30. La expresión de su protesta impotente. De su aislamiento material. Transportada a la esfera del Arte, esa realidad mezquina se disfraza con la crítica desesperada del género humano que oculta al porteño real de los barrios empobrecidos tras la tabulación estéril del dinamitero, caricatura literaria del individuo hostigado, sin conciencia de las relaciones objetivas que lo condenan al desequilibrio con la sociedad.

El pequeño burgués ve su situación desde un ángulo falso. En las épocas prósperas su relativa independencia económica le impide concebirse como miembro de una clase. Pero en los momentos de intranquilidad se siente repentinamente desgarrado. Y es que en los períodos de crisis la pequeño burguesía está efectivamente desgarrada. En cada uno de sus integrantes late la ambición de 300 Millones (1).

Su referencia sufriente al mundo, aunque se tiña de amor a la humanidad, es fruto del divorcio entre la vida y el deseo de afirmarse en ese mundo fundado en el dinero.

Por eso, los personajes de Roberto Arlt, pese a su condición de fronterizos, son psicológicamente veraces. La novelística de Roberto Arlt, es con relación a la pequeño burguesía urbana sin conciencia del país, el enigma literariamente resuelto de la crisis de 1929, la solapada miseria de una clase vista con lente de aumento. Una época en la que se estrellaron las esperanzas de la casita propia, del empleo estable, el pobre “optimismo de los triunfadores de mañana”.

Los personajes deshechos de Roberto Arlt intuyen un destino lóbrego del que se sienten prisioneros. Esta fatalidad aciaga, impalpable, los determina sin esperanzas. Todos terminan en el ensueño inútil, en el fracaso frente a la realidad hostil. El ser solitario que sufre, sin conciencia de su propia situación social, hipostasía su sufrimiento en la religión, en el arte, el anarquismo ético o el suicidio.

La frecuencia de lo sorpresivo en sus novelas reproduce bien esa fe en la casualidad salvadora, en el azar milagroso, en un mundo real condicionado donde el individuo sucumbe frente a las posibilidades sobresaturadas del mercado.

No es casual que estas fantasías de los seres desdichados de Arlt prendan, con frecuencia, en personajes que aspiran a convertirse en inventores científicos y millonarios; y refleja, además, el sentimiento de la inutilidad de la inteligencia pura en un mundo así.

Sus personajes son idealistas que no han tenido éxito en el mostrador del tendero. Una realidad material sombría los empuja al ensueño. Todos los personajes de Arlt son ilusos marcados por la humillación social. Su literatura no es ni progresista como lo ha pretendido Raúl Larra, ni reaccionaria como lo ha sostenido Roberto Saloma. Es el corte transversal de un sector social de Buenos Aires fotografiado en medio del desordenamiento económico y político del país que anuncia cambios revolucionarios de la sociedad en su conjunto.

La literatura de Arlt no es revolucionaria, pero por su desnuda brutalidad, es como la cámara subterránea de una subversión que se prepara en la oscuridad, más allá de las intenciones estrechas disfrazadas de idealismo de sus personajes. Tampoco es reaccionaria, pues implica una crítica ruda a la sociedad, pero muestra la falta de solidaridad, el aislamiento aritmético de grupos urbanos cuyos individuos, en su egoísmo, deambulan fragmentados por el mundo.

La obra de Roberto Arlt es indispensable para comprender la psicología de la baja clase media porteña pauperizada en un momento social de su desarrollo urbano, aterrorizada por la crisis e inclinada tanto a la fraseología revolucionaria como a los compromisos más abyectos.

(1) Nombre de una obra teatral del propio Roberto Arlt.

lunes, 1 de marzo de 2010

REBELION EN LAS LETRAS

Germán Rozenmacher, autor del relato “Cabecita negra”.

por Ernesto Goldar

Desde el temprano fracaso del proyecto de 1955 y de su principal sostén político (la entonces numerosa clase media urbana, compuesta de profesionales, cuentapropistas, universitarios, etc.), comienza a gestarse entre los jóvenes de esta extracción —especialmente en los núcleos artísticos e intelectuales— una progresiva radicalización de sus manifestaciones estéticas e ideológicas. Una de las formas habituales de tal conflicto generacional será la valoración del peronismo proscrito y la correlativa distancia de la heredad familiar.

Este quiebre —que habrá de manifestarse más nítidamente en la generación posterior— fue percibido, con gran agudeza, por el escritor Ernesto Goldar quien, en su notable ensayo de 1971 El peronismo en la literatura argentina, señala los síntomas del cambio entre las páginas de la vanguardia literaria. De allí proviene el siguiente fragmento.



El enfrentamiento entre intelectuales y país real subsiste después del ‘55. Pero un larvado proceso de acercamiento, replanteo, olvido, superación de esquemas y de paréntesis mentales se insinúan en primer término a partir de la intransigencia frondizista, que trata de aproximar los vértices clase media / peronismo que pendían como una rémora desde los días de octubre; más tarde, el desvanecimiento de la ilusión frigerista y la crisis de la legalidad oligárquica el 18 de marzo de 1962, subrayan el momento preciso, el tránsito clave para volver la mirada, alinearse para un reacomodo revalorizante y transfigurar el encono reencontrándose en un cambio de actitud.

Sectores intelectuales de pequeña burguesía, principalmente de izquierda, comienzan a concientizar lo nacional desobnubilándose de la mistificación de la pedagogía oligárquica para romper con un pasado intelectual y político del que se avergüenzan. En principio son conatos con fisuras, introspecciones sin solidez, pero una vez orientados acentúan el paso y producen vertiginosamente.

La triste experiencia del radicalismo enmohecido de Arturo Illia y el golpe militar del ‘66 plantean una nueva alternativa a la clase media: si hasta hace poco sirvió como histérica masa de maniobra para la política antinacional del régimen, la crisis del sistema agroexportador derivado de la sofocante concentración monopolista y el fracaso y quiebra de los viejos partidos —incluida la izquierda cipaya— provoca la reconsideración por intelectuales de clase media respecto del proletariado y su ideología nacional.

Revisando casi una veintena de narradores que publicaron entre 1964-1970 (Bernardo Kordon, Germán Rozenmacher, Juan José Saer, Daniel Moyano, Pablo Babini, Aníbal Ford, Mario Szichman, Miguel Briante, Abelardo Castillo, Valentín Fernando, Francisco Urondo, Ricardo Piglia, Rodolfo Walsh, Pedro Orgambide, Bernardo Verbitsky, Iverna Codina, Germán García, Jorge Onetti, y otros), podemos apuntar una reflexión sobre la persistencia temática y el sentido de la búsqueda.

Si bien es cierto que se trata de un conglomerado desparejo con experiencias y formaciones distintas, de una producción sin propuesta ni visualización conceptual concreta, el peronismo como presencia, la recurrencia al proceso en busca de apoyaturas temáticas, su utilización, las aproximaciones fictivas, la condena moral a la revancha, la exaltación de heroísmo popular y la integración que presupone este reencuentro, explicitan ya, por la ruptura definitiva con el embotamiento tradicional, la apertura hacia una coherencia de adultez grupal.

Cuando narradores tan inesperados como el (todavía) liberal Pedro Orgambide, el sartreano Abelardo Castillo o, para señalar exponentes ruidosos, los tributarios de la vieja izquierda Verbitsky y Onetti (apuntan) y coinciden en revalorizar al peronismo que han "descubierto", es porque la tendencia hacia una nacionalización de la literatura es tan irresistible que los iniciadores actuales aparecen como los primeros sorprendidos.

Cada vez se perfila con más claridad que la superestructura colonial debe morir y que el esfuerzo intelectual consiste en expresar la realidad para subvertir la dependencia.