por Roberto Carri
No son pocos los historiadores que limitan el influjo de las concepciones desarrollistas sólo al período en que Arturo Frondizi ocupó la presidencia de la Nación (1958 – 1962). Serio error de percepción que impide visualizar la estrategia del capital monopolista y su incidencia en la historia reciente de los argentinos.
Ciertos momentos en la obra de Roberto Carri (secuestrado en 1977, actualmente desaparecido) ayudan a recorrer el camino inverso. Esto es: a entender la línea de continuidad —mantenida tanto por dictaduras militares como por gobiernos civiles, con o sin legitimidad constitucional, desde fines de la década de 1950— en el modelo de integración periférica de nuestro país al capitalismo mundial.
Esta línea tiene hasta nuestros días una clara identidad desarrollista (siguiendo la caracterización de Carri) o neo desarrollista, más allá de los discursos y gestualidades de cada coyuntura. “Lo más importante —pensaba este sociólogo fundador de las Cátedras Nacionales— no es que los grupos políticos manifiesten abiertamente su simpatía por políticas desarrollistas declaradas, sino cuál es su práctica real”.
En este breve fragmento extraído de Poder imperialista y liberación nacional (1970), el lector podrá encontrar no pocas analogías entre las distintas épocas y modalidades del "desarrollismo práctico".
Existe un sector de la clase monopolista que necesita, para expandir y profundizar su dominio, un desarrollo de los mercados o áreas de influencia, que inevitablemente la conducen a choques y enfrentamientos con otros sectores de la oligarquía local y extranjera que, hasta hace poco, controlaban sin discusión las áreas ahora en disputa.
El desarrollismo es la política propiciada por los monopolios que buscan la expansión de sus áreas, integrando la nación en un solo mercado regional para imponer su dominio.
(...) Sobre la base del ascenso de sectores capitalistas, ligados a la actividad industrial o extractiva, básica y altamente reproductiva, se opera una nueva y más estrecha vinculación con la economía internacional, que es la clave para comprender el proceso político y económico argentino de los últimos trece años: la vinculación y en algunos casos la identificación del capital monopolista nacional con el capital financiero internacional.
El hecho fundamental en la Argentina es que el capitalismo se ha transformado absolutamente en capitalismo monopolista. En las condiciones de este capitalismo monopolista ya no hay lugar para el desarrollo de la libre concurrencia, ni tampoco para las "reformas" democráticas de estructuras y, mucho menos, para una democracia “pacífica”.
Los sectores claves de la producción industrial están dominados por el régimen monopolista. A medida que aumenta este dominio, los sectores donde aún sobrevivían sistemas de concurrencia van siendo desplazados. Esto no significa la desaparición física de las unidades económicas pequeñas y medianas, sino su sujeción a los intereses monopolistas, la liquidación para la gran mayoría de ellas de toda autonomía económica respecto al capital financiero.
Del análisis de la realidad nacional puede afirmarse qué más de la mitad de la producción se encuentra en manos de la centésima parte del número total de empresas. En ella tienen una preponderancia absoluta poco más de un millar de empresas que controlan, dominan y mantienen bajo su hegemonía la totalidad de la producción. Estas empresas, a su vez, están en manos de un pequeño grupo de monopolios industriales y financieros.
(...) En tanto no es la única política de los núcleos dominantes, los desarrollistas encuentran resistencias en sectores del mismo, que en ciertos momentos reducen o limitan su campo de acción. Por tanto, buscan alianzas con sectores populares ajenos a sus intereses de sector, pero que pueden ver con buenos ojos un cambio que desplace a la vieja oligarquía.
La idea de los desarrollistas —que se manifiesta en cada oportunidad en que pueden aplicar su política— es lograr la subordinación de sectores sociales con intereses diferentes y hasta contrapuestos a los suyos. Para ello construyen vastos programas políticos que contemplan mejoras generales que provendrán de la expansión económica y del "cambio de estructura para el desarrollo".
El desarrollismo pues, tiene dos aspectos que generalmente se formulan en forma unitaria pero no necesariamente van siempre juntos: uno es la política desarrollista de ampliación del mercado para un sector "modernizante" del capital monopolista; el otro es hacer creer al resto de la sociedad que los sectores "dinámicos", aquellos que persiguen el cambio y el desarrollo, son solidarios.
(...) El desarrollismo aparece también como una variante del reformismo en tanto sus objetivos son cambiar el estado de cosas; y como una variante seudonacionalista, en tanto se busca identificar a los adversarios como representantes de intereses antinacionales que persiguen el mantenimiento del atraso y la dependencia. De cualquier manera, su nacionalismo se limita a atacar a sectores indefinidos por regla general, que se personifican en grupos débiles del imperialismo mundial, o, en ciertos casos —debido a sus contactos con determinados grupos financieros— a atacar a sus rivales en las licitaciones, presentando la lucha por el control de una situación concreta como una "batalla por el desarrollo".
(...) Los cuadros del desarrollismo político están formados por comisionistas cuyo objetivo es aumentar el ingreso proveniente de las comisiones recibidas. La relación entre las mismas y el logro de altos beneficios por el capital es estrecha y fundamental, de allí que se convierten en los propulsores de políticas crediticias y de desgravaciones que promueven el "progreso y la industrialización" del país.
Su énfasis en la búsqueda de capitales extranjeros interesados en el desarrollo de inversiones reproductivas tiene una explicación: a la par se promueve su ingreso personal. Para los desarrollistas la actividad política es una actividad comercial, su política real es la de intermediarios de los capitalistas extranjeros.
lunes, 21 de septiembre de 2009
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5 comentarios:
Excelente texto!! Les agradezco por poner a disposición del gran publico textos olvidados como el de Carri. Les mando la dirección de un sitio que venimos haciendo con amigos de la UNCo: www.elartefacto.com.ar
Muy buen post y muy bueno el blog.
Quería pedirles autorización para citar al blog y al post sobre el reportaje a José María Rosa en mi blog
Gracias
Gracias a "los artefactos". Estamos leyendo los artículos de su página (de lujo).
Para OMIX: los textos de nuestro blog han sido seleccionados para que se usen y distribuyan. Son todo tuyos.
Disculpen, quería saber qué fuentes utilizaron para hacer la descripción económica del primer peronismo en su primer post.
¿Existe algún libro que se dedique de forma exclusiva a la cuestión económica y las medidas políticas de mejora social?
Gracias.
Para Martín:
El Taller de Historia Desde Abajo está orientado por el historiador Rafael Cullen, quien ha publicado recientemente su libro "Clase obrera. Lucha armada. Peronismos. Génesis, desarrollo y crisis del peronismo original" en Editorial De la Campana.
Allí están desarrolladas las líneas de interpretación que se prefiguran en el artículo publicado. También están señaladas las fuentes documentales.
El libro, por otra parte, es muy recomendable.
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