jueves, 8 de julio de 2010

SABER ACADEMICO Y PRACTICA MILITANTE

Por Rafael Cullen

Autor de Clase obrera. Lucha Armada. Peronismos, una de las obras más reveladoras del conflicto de clases latente en el interior del peronismo entre 1955 y 1973, Rafael Cullen se define con claridad ante los caminos que ofrece la práctica historiográfica.

El presente texto fue extraído de la columna desarrollada por Cullen en el programa radial Contextos de la Historia Nacional, el pasado 7 de julio, en Radio Universidad de Mendoza.


La academia es el espacio de los saberes instituidos. En el caso de la Historia habría mucho para discutir sobre si el saber producido por al academia ha sido capaz de construir un conocimiento crítico y riguroso sobre nuestro pasado, condición necesaria ésta para caracterizar con solidez nuestro presente y prever nuestro futuro.

Yo hablaría de la relación entre conocimiento científico y práctica política, entendida la política como el lugar en que se dirime el conflicto social. Todos los historiadores están —o estamos— ubicados políticamente. Unos lo explicitan, otros no. Entonces, el primer paso de toda investigación científica es poner al descubierto el proyecto social en que está inscripto.

Esta ubicación frente al conflicto social y político no es neutra respecto a la posibilidad de producir un conocimiento objetivo. Quienes aspiran a modificar las actuales relaciones sociales deben —debemos— indagar con mayor rigor acerca de cuál fue el proyecto político que llevó a nuestra actual organización social. Quienes la reivindican deben eludir u ocultar los conflictos sociales de ese proceso.

Para hablar en concreto:

• ¿Por qué la historiografía hegemónica en la academia habla de una larga espera entre 1810 y 1880, que da como resultado el nacimiento de la Nación Argentina construida por la denominada generación del 80? Así se elude el sangriento proceso de guerras civiles y genocidios que están en los cimientos de esa nación

• ¿Por qué se ignora el proceso de la construcción del Estado nacional paraguayo, realizada al margen de la División Internacional del Trabajo del Imperio inglés y de los paradigmas políticos del liberalismo clásico?

• Si hablamos del siglo XX, ¿qué libro de historia habla del inicio del terrorismo de Estado en 1955; con 14 toneladas de bombas sobre Plaza de Mayo, 200 muertos y cerca de 800 heridos y mutilados? Se recuerda la quema de locales partidarios, de las iglesias y del club de la clase dominante; no a los muertos.

Yendo a las ciencias mal llamadas duras, el directorio del CONICET, la máxima institución de investigación del país, le ha prohibido al doctor Andrés Carrasco difundir sus investigaciones sobre las consecuencias del Glifosato en la salud humana ¿No es ésta una decisión política en defensa de intereses concretos de un modelo de desarrollo productivo?

Unos prefieren ocultar, aunque pregonen la objetividad; a otros les —nos— interesa develar lo que está oculto. La diferencia está en la ubicación frente al conflicto social y político de unos y otros. Por eso la relación entre producción de conocimientos y política es compleja y para nada mecánica.

También las simplificaciones son peligrosas para el conocimiento. Hay que diferenciar la ideología de la teoría y de la investigación. También hay que diferenciar entre conocimiento histórico y política en su sentido estrecho, partidario.

No es cómoda la posición de un historiador: el avance hacia el conocimiento objetivo es un camino permanente e implica superar idealizaciones de sucesos y personas y superar también consignas partidarias.

Habría mucho para decir sobre este tema. Sólo insistiré en un punto: la práctica política, entendida en un sentido amplio como la ubicación frente a un conflicto social, no se contradice con la búsqueda del conocimiento histórico. Sí, en cambio, con el consignismo y el ideologismo que acompaña a la mezquina política de grupos que, lamentablemente, está muy difundida.

1 comentario:

Asesor dijo...

Por favor!!!! que buen blog!! Muchas gracias por subir estos artículos. Tome prestado un posteo sobre Arlt, en el que reproducían un fragmento de Imperialismo y Cultura de Hernández Arregui, y lo re-publique en mi blog. Espero no les moleste.
Federico.